¿Sabes bien qué régimen fiscal le conviene más a tus finanzas?

Partamos de un hecho sin controversia: el socio que nunca te podrás quitar de encima es Hacienda. De una u otra manera se quedará con parte de tus ingresos por medio de los impuestos, ya sea grabando las percepciones o los gastos.

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Una pregunta frecuente es cuál es el régimen fiscal más adecuado, sobre todo de quienes están a punto de entrar al mercado laboral o llevan poco en él. En la mayoría de los casos las opciones se reducen porque el mismo trabajo requiere sólo de una alternativa.

Existen ocasiones en las cuales sí se puede elegir y es importante entender bien las consecuencias de la decisión.

Veamos a continuación algunos elementos desde una perspectiva de finanzas personales, en donde la primera recomendación obvia es consultar la página del Servicio de Administración Tributaria (SAT) y platicar con algún contador especialista en el tema.

1.- Si te empleas en el sector formal es casi seguro que entrarás en la categoría de asalariado y la empresa te retendrá el Impuesto sobre la Renta correspondiente, convirtiéndose en una caja del SAT. En este caso, tienes prestaciones de ley y conservarás una relación con un patrón.

2.- Una manera de tributar es a través del concepto ‘asimilado a salario’ en el que se te retendrán impuestos, sin una vinculación laboral fija, lo cual le permite a la compañía evitar prestaciones (IMSS, Infonavit y Afore). Conviene en el corto plazo, pues te llega más dinero, pero sé consciente de que estás dejando de ahorrar para el retiro y careces de cobertura de salud.

3.- Quienes trabajan por su cuenta tienen la alternativa de tributar por ‘honorarios’. También retienen impuestos y debes elaborar declaraciones mensuales para determinar si hay un saldo a favor o si es necesario pagar algo adicional.

4.- Al establecer un negocio es posible hacerlo como persona física con actividad empresarial. Puede ser mercantil, cobrarías el IVA, sin retención, y harías los pagos correspondientes de impuestos cada mes. Es una figura más formal con facturas en las que viene un nombre comercial y tu RFC.

5.- Para las microempresas que van iniciando, el SAT da una opción simple por medio del régimen de ‘incorporación fiscal’, otorgando ventajas de inicio. A decir de las autoridades, entran fondas, misceláneas, salones de belleza, refaccionarias, talleres mecánicos, tintorerías, carnicerías, papelerías, fruterías, etcétera.

6.- Si el emprendimiento lo amerita es factible constituir una Sociedad Anónima o una Sociedad Civil e implicaría darte de alta ante un notario y cumplir otros requerimientos fiscales. 

Fuente: Alberto Tovar de El Financiero

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