SE ACERCA A MÉXICO UNA TORMENTA ECONÓMICA Y FINANCIERA


Es preocupante que la inflación subyacente muestre una clara tendencia creciente y que el índice de precios al productor se haya situado en 10 por ciento al final de 2021.

En el horizonte empiezan a aparecen nubarrones que presagian una tormenta económica y financiera que tendrá un impacto en las finanzas del gobierno mexicano, así como en las empresas y en las familias en los siguientes meses.

Ante esta amenaza es conveniente y recomendable buscar la manera de esquivarla y en caso de no lograrlo, prepararse para reducir su impacto interno.

Por el lado del entorno internacional se han creado las condiciones que perjudicarán la economía mexicana, derivado del final del ciclo monetario expansivo. Por otro lado, en el aspecto nacional se tomaron decisiones que han perjudicado el crecimiento económico y la inversión, la sobrevivencia de las empresas, sobre todo las pequeñas y las medianas, y la creación de empleos.

Los bancos centrales de los países desarrollados han seguido políticas expansivas en los pasados años, para enfrentar diversas crisis, ya sea la derivada de los ataques terroristas a las Torres Gemelas en Nueva York, la Gran Crisis Financiera de 2009 y la crisis por el COVID-19. Finalmente, esta política monetaria, junto con el desequilibrio fiscal de los diversos gobiernos, ya se traducen en un importante incremento en la inflación.

Así, Estados Unidos terminó el año pasado con un aumento de los precios al consumidor de 7.0 por ciento, Alemania con 5.3 por ciento, Gran Bretaña con 5.1 por ciento, Rusia 8.4 por ciento, Turquía con 36.1 por ciento. Además, el precio del petróleo se elevó en 48 por ciento en el año. Estos incrementos no se habían registrado en las pasadas décadas. Por otra parte, el déficit del gobierno estadounidense está cercano a 10 por ciento del PIB y la mayoría de los países europeos lo registran arriba de 5.0 por ciento del PIB. Esta mayor inflación reduce el poder de compra de los consumidores, lo que ya está impactando en una reducción en la tasa de crecimiento de sus economías.

Ante el riesgo de entrar a una espiral inflacionaria, la Fed ha anunciado la eliminación de su programa monetario expansivo y el inicio del ciclo de mayores tasas de interés. Esto fortalecerá al dólar, lo que es equivalente a una reducción del valor de las otras divisas, como el peso mexicano, en el caso de que no eleven sus tasas de interés locales.

En este entorno de mayor costo financiero, las diversas empresas ya inician la evaluación de sus riesgos y toman decisiones. Por lo mismo verán si consideran a la economía mexicana como parte de Norteamérica o como una economía emergente.

En el primer caso, sería un refugio para sus capitales ante el entorno que se avecina, en el segundo caso, sería considerada como una nación de mayor riesgo de la que habría que protegerse o incluso retirarse.

FUENTE: https://www.elfinanciero.com.mx/

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